viernes, 19 de febrero de 2016

LIBROS PARA SALIR DE LA CÁRCEL

Decenas de presos rumanos aprovechan una ley que reduce 30 días la condena a quien publique una obra científica. El Gobierno suspende la norma por abuso y sospechas de plagio.



En las prisiones rumanas surgen aficiones singulares. Entre rejas, el millonario y expolítico George Copos, condenado por corrupción, se apasionó por la historia y el turismo. En los 400 días que pasó a la sombra escribió Alianzas matrimoniales y políticas de los príncipes rumanos en Moldavia y otros cuatro libros. Mientras, el antiguo alto funcionario Aurel Olimpiu Anton decidió estudiar a los roedores. Y redactó Cómo criar chinchillas. También al exfutbolista del Barça Gica Popescu le dio por escribir, eso sí, cuatro obras de temática deportiva. Las celdas y salas carcelarias deben de ser un buen lugar para inspirarse porque en los últimos años ha habido un auténtico boom de libros de autores presos. Desde 2013, han publicado más de 450; el triple que en las dos décadas anteriores.

Ese creciente interés de los presos por la pluma tiene mucho que ver con una ley que rebaja la condena a los escritores: 30 días menos por cada obra científica publicada. Excepto novela, poesía o teatro, vale todo. La norma es antigua, pero hasta 2013 perdonaba tres días por cada dos dedicados a actividades académicas, algo complejo de probar que pocos aprovechaban. Desde hace tres años sólo importa la publicación, una opción que ha dado lugar a todo tipo de títulos. Y llamarlos literatura carcelaria sería demasiado decir. La mayoría son manuscritos de dudosa calidad o “plagios descarados”, dice la experta en lucha contra la corrupción Laura Stefan.


El aumento de publicaciones ha sido tal que hace unos días el Gobierno decidió suspender la ley hasta después del verano. Mientras, la Fiscalía Anticorrupción investiga a varios de los prolíficos autores por fraude. Sospechan que plagiaron a otros autores o pagaron a un negro, explican desde esta institución. Los investigadores hablan, por ejemplo, de libros de 200 páginas escritos en apenas 12 horas. Para un escritor superdotado no es fácil, para alguien entre rejas que debe redactar mayoritariamente a mano y que carece de acceso libre a material de consulta es utópico.

No existe un registro concienzudo de publicaciones elaboradas en la cárcel, pero un informe elaborado por el Ministerio de Justicia incluye más de 150 nombres de presos escritores. Entre ellos están el ex primer ministro Adrian Nastase o el exsenador y magnate de los medios Dan Voiculescu, que firmó 10 obras en 17 meses; algunas, como ¿Hacia dónde va la humanidad? o Consideraciones sobre la teoría de Maslow, realmente profundas.

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