domingo, 28 de febrero de 2016

CELA EN TODA SU DIMENSIÓN LITERARIA

El centenario del escritor abordará un universo donde caben sus múltiples facetas


Más allá de los circos mediáticos a los que se vio sometido y donde entró en sus últimos años, Camilo José Cela (Iria Flavia, A Coruña, 1916-Madrid, 2002) es el autor de La colmena y La familia de Pascual Duarte. Por encima de sus batallas con escritores más jóvenes o sus boutades contra quien se pusiera a tiro, sobrevive el impulsor de Papeles de Son Armadans, aquella revista en la que en pleno franquismo tuvo cabida todo el exilio y cada una de las lenguas de la península. Sin que las ramas de su tendencia al numerito y al mamporro dejen ver su permanentemente arriesgado bosque, plagado de reto a las formas y los modelos de creación literaria, Cela, el gran Cela, pervive todavía en sus mejores libros.


Así lo quisieron dejar ayer claro tanto su hermano Jorge como su hijo Camilo José en la presentación de lo que será el año de su centenario. Coincide en conmemoraciones con otros dos grandes autores hispánicos, Cervantes y Rubén Darío, pero a cada uno lo suyo. La prioridad en el caso del autor de San Camilo 1936 será la siguiente: “La literatura, tan solo esa palabra, es la que nos debe llevar a celebrarlo”, en palabras de Jorge Cela Trulock. “Rescatar y reverdecer al escritor”, insistía su hijo, consciente de todo el moho con el que se le ha cubierto durante una ya demasiado larga temporada. Pero esta figura capital en la literatura española, complejo trasunto de creador total, que dejaba entrever soplos de Falstaff shakespeariano en connivencia con Nietzsche, cierto espíritu reencarnado del tronco de Quevedo, ramalazos de indomable y madera de trascendencia letraherida, cuenta con palpables ventajas para afrontar su necesaria reivindicación, más allá de que en vida consiguiera el trofeo del Nobel.

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