domingo, 17 de diciembre de 2017

4. EL SECTOR SECUNDARIO: MINERÍA, ENERGÍA

PARQUE MUERTE- FERNANDO LALANA

Según los expertos, a los niños la muerte les fascina. La muerte y todo lo que tenga que ver con ella: los cementerios, los vampiros, los zombis, los crímenes, los ataúdes crujientes, los fantasmas, las funerarias… Así que la idea de crear un parque de atracciones temático llamado PARQUE MUERTE estaba destinada a ser un éxito. Y en efecto, todo funcionó de maravilla, hasta que algo extraño comenzó a ocurrir allí. Un misterio por el cual fui contratada como detective privado. Un misterio que cambiaría mi vida…


miércoles, 1 de noviembre de 2017

3.11. EL SECTOR PRIMARIO EN EL PAÍS VASCO

3.10. LOS PAISAJES AGRARIOS ESPAÑOLES

3.9. EL SECTOR PRIMARIO EN ESPAÑA

3.8. EL SECTOR PRIMARIO EN LA UNIÓN EUROPEA

3.7. LA PESCA

3.6. LA GANADERÍA

3.5. LA AGRICULTURA DE LAS REGIONES EN DESARROLLO

domingo, 1 de octubre de 2017

1.7. EL TEATRO MEDIEVAL

1.6. LA PROSA MEDIEVAL

1.5. EL MESTER DE CLERECÍA

1.4. EL MESTER DE JUGLARIA

1.3.3. LA LÍRICA CULTA

1.3.2. EL ROMANCERO

1.3. LA LÍRICA MEDIEVAL-LÍRICA POPULAR

1.2. LA CULTURA MEDIEVAL

1

1.1.PANORÁMICA GENERAL DE LA EDAD MEDIA

1.LA EDAD MEDIA LITERARIA

viernes, 29 de septiembre de 2017

1.8. ORGANOAK, APARATUAK ETA SISTEMAK

1.7. GIZA EHUNAK

1.6. ZELULA-ORGANULUAK

1.4. ZELULA PROKARIOTAK

1.3.1. ZELULEN BIZI-FUNTZIOAK

1.3 ZELULA, IZAKI BIZIDUNEN FUNTSEZKO UNITATEA

domingo, 17 de septiembre de 2017

LA COOPERACIÓN ENTRE LOS ESTADOS

LOS ESTADOS SEGÚN SU ORGANIZACIÓN TERRITORIAL

LOS ESTADOS SEGÚN SU ORGANIZACIÓN POLÍTICA

LOS ESTADOS ACTUALES

LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DEL MUNDO

OTRAS HERRAMIENTAS

LOS GRÁFICOS

LAS HERRAMIENTAS DEL GEÓGRAFO: LOS MAPAS

viernes, 31 de marzo de 2017

GISELA POU

LA ESCRITORA GISELA POU EN IES LIZARDI


 Este martes 4 de abril de 2017, la escritora Gisela Pou asistirá al IES Lizardi de Zarautz. Los alumnos intercambiarán con la escritora sus vivencias en torno a la obra La joven de la medianoche.


jueves, 2 de marzo de 2017

NO NECESITAMOS EXÁMENES NI ASIGNATURAS

Este divulgador educativo de Nueva York, pionero en hablar de nativos digitales, predica a sus 70 años un cambio radical en las escuelas



“Los padres dicen a los profesores: ‘No experimenten con mis hijos’ y lo impensable es justo no experimentar”. El neoyorquino Marc Prensky, afamado orador y consultor de innovación educativa, lleva décadas intentando darle la vuelta a la escuela. A sus 70 años, ha dado conferencias en más de 40 países y tiene siete libros publicados, además de un centenar de artículos. Quizá el más famoso es en el que acuñó los términos "nativo digital" e "inmigrante digital" allá por 2001. Es un gran defensor del aprendizaje basado en proyectos, un modelo que pone a los chicos a experimentar en el aula como si estuvieran en el mundo real, al margen de las asignaturas o las clases divididas en horas. Prensky ha participado este martes en Madrid en el foro Imaginando el futuro de la Educación, organizada por la Cumbre Mundial para la Innovación en Educación (WISE, por sus siglas en inglés) y el Banco Santander. 

 Pregunta. Si pudiera partir de cero, ¿cómo construiría un colegio? 

 Respuesta. No necesitamos clases porque agrupar a los niños en esos grupos artificiales es antiguo. Lo es incluso agruparlos por edades porque siempre tienen capacidades diferentes. Necesitamos espacios donde puedan hacer proyectos, trabajar juntos, colaborar, con los profesores dando vueltas alrededor y entrenándoles. Cada vez más escuelas están cambiando, ves miles de ejemplos por todo el mundo. 

 P. Pide usted que se experimente con los alumnos en las escuelas, pero eso es difícil de entender para las familias. 

R. Los padres que siempre han tenido la misma educación quieren que sus hijos sigan en la misma línea, pero mejorada. Pero eso no va a ayudar a sus hijos en el futuro, de hecho les va a perjudicar. Necesitan empezar a entender que el mundo en el que viven sus hijos y en el que van a vivir es muy diferente. Tenemos que educar a los padres. Las cosas están cambiando muy rápido. En 20 años el mundo será muy diferente. Ya no servirá más que los alumnos sean buenos en matemáticas, lengua o sociales. 

 P. ¿Pero a qué se refiere exactamente con experimentación? 

 R. A tener un mes en el que los estudiantes trabajen en proyectos, por ejemplo. A buscar fórmulas diferentes para preparar a los chicos para el mundo. En muchas escuelas se está haciendo. Dedican la mitad del día para un tema y la otra mitad para otra cosa. Hay muchas formas de hacerlo. Como padre tienes que admitir: “No es lo que yo tuve pero a mi hijo parece gustarle. Parece que está creciendo con esto y lo acepto”. 

 P. Supongo que en su modelo no caben los deberes o los exámenes. 

 R. Cuando tienes hijos que están muy interesados en hacer los proyectos en los que están trabajando, no necesitas deberes porque ellos siguen haciéndolo todo el tiempo, están emocionados. Y los exámenes se acabarán una vez que terminemos con las asignaturas. No necesitamos exámenes ni asignaturas. Lo que nos indicará si los chicos lo están haciendo bien es que lo hayan hecho, que aprovechan. No tenemos que calificar a los chicos de forma individual nunca más. Es el viejo sistema. 

 P. Las tablas de multiplicar, la Revolución Francesa, la fórmula de la velocidad. ¿Cómo garantizar que los chicos aprenden todo eso en un mundo sin horarios ni asignaturas? 

 R. Los chicos son muy diferentes y necesitan cosas distintas. Las cuestiones en las que coinciden todos son muy pocas. Quizá algo de lectura, algo de matemáticas básicas. Depende de cómo es cada chico. Hay algunos que los saben todo de la Revolución Francesa y otros que solo saben que ocurrió. Y quizá es todo lo que deben saber. Vamos a los detalles, y el problema es que incluimos más y más detalles y no nos centramos en lo que es realmente importante 

 P. ¿Garantizan estos nuevos métodos educativos vías para aprender disciplina, las reglas, los límites? 

R. Cuando haces proyectos y estás intentando mejorar el mundo, por supuesto que entras en contacto con todas esas cosas, porque estás trabajando en el mundo real. No se trata de enseñar límites. El día que sales al mundo real los ves y aprendes cómo manejarlos. Es mucho más inteligente exponer a los chicos a la vida lo antes posible. 

 P. ¿Cómo cree que deben prepararse los profesores? 

 R. Un buen entrenador no tiene que jugar al fútbol mejor que su equipo, pero tiene que saber cómo transformar a sus chicos en mejores jugadores de fútbol. En eso se tienen que transformar los profesores. Lo interesante es que hacen una cosa en clase, porque creen que tienen que hacerlo: contenidos, charlas, … Pero luego, a menudo después de dar la lección, hacen programas especiales o entrenan a equipos de deportes. Saben que lo segundo funciona pero sienten que tienen que hacer lo antiguo. Y están perjudicando a los chicos cuando lo hacen. 

 P. ¿Qué se puede aprender con un videojuego que no enseñe un profesor? 

 R. Los videojuegos son buenos para algunas cosas, para la persistencia, para que los chicos se muevan en distintos niveles y con distintos elementos. Pero no lo hacen todo. No son buenos para los contenidos, aunque sí para las habilidades. Tenía una empresa de videojuegos educativos y la dejé. Llegué a la conclusión de que pueden cambiar algunas cosas, pero no suponen un gran cambio. La educación necesita nuevas metas, para mejorar el mundo no es suficiente. 

 P. En España ha salido recientemente un libro ‘Los nativos digitales no existen’ que discute los términos que usted acuñó y habla de huérfanos digitales. 

 R. El concepto de nativo digital ha sido terriblemente malinterpretado, principalmente por los académicos. Creen que significa que los chicos lo saben todo de la tecnología pero no es así. Lo que significa es que los chicos viven en un mundo diferente, con otras reglas y actitudes. No piensan del mismo modo, no creen que las llamadas telefónicas sean caras como solíamos pensar nosotros ni que la privacidad es la cosa más importante del mundo. Saben que son diferentes, que tienen diferentes herramientas, más capacidades.

EL COCHE QUE TE PERMITE LEER MIENTRAS CONDUCE SOLO

El Mobile World Congress presenta vehículos del futuro que se conectarán a la red 5G 

EL IMPOSIBLE EXAMEN DE ORTOGRAFÍA PARA ENTRAR EN LA POLICÍA

Interior anula una de las pruebas de la oposición para evitar quedarse sin candidatos ‘aptos’ para cubrir las 2.615 plazas de su última convocatoria


El Ministerio de Interior se ha visto obligado a anular una de las pruebas de acceso a la Escala Básica de la Policía Nacional tras comprobar que muy pocos candidatos la podían superar al estar repleta de cultismos, términos arcaicos y americanismos. El SUP, el sindicato mayoritario, pide depurar responsabilidades y destaca que no es la primera vez que hay problemas con este examen. Ya en 2015 hubo que eliminar doce preguntas de la misma prueba. 

"Bes”, “champurrear”, “duunvirato”, “carriño”, “yuyo”… Cien palabras y ocho minutos para detallar si estaban correctamente escritas. El último examen de ortografía planteado por el Ministerio del Interior a los aspirantes a convertirse en policía ha sido anulado. La causa de la multitud de suspensos ha sido que la prueba incluía palabras no utilizadas habitualmente en España y, mucho menos, en el día a día de la actividad policial sobre los que los examinados debían detallar si estaban correctamente escritos. El Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en la Policía Nacional, exige ahora al departamento de Juan Ignacio Zoido que “depure responsabilidades” ya que no es la primera vez que hay que enmendar una de estas pruebas sobre el dominio de lenguaje en las oposiciones de la Policía. 

La prueba anulada fue realizada el pasado 14 de enero por los aspirantes a ocupar una de las 2.615 plazas ofertadas en la Policía dentro de un examen más amplio que incluía otras 100 cuestiones de las “áreas jurídica, social y técnica”. En concreto, en el “ejercicio de ortografía” los aspirantes a agentes debían detallar en ocho minutos cuáles de las 100 palabras estaban escritas correctamente o cuáles no, para lo que debían escribir “a” o “b” respectivamente en los apartados correspondientes. El enunciado del mismo se destacaba que todos los términos habían sido extraídos del Diccionario de a Lengua, “obra lexicográfica de referencia de la Real Academia Española”. Según la plantilla utilizada para corregir la prueba, 28 de las mismas contenían alguna errata. El resto eran ortográficamente correctas. 

 Entre estas últimas se encontraban algunos americanismos como “yuyo”, término procedente del quechua utilizado en Sudamérica para referirse a las malas hierbas, o el verbo “champurrear”, originaria de Nicaragua, donde se emplea con el significado de “obtener algo con facilidad”. Junto a ellas términos arcaicos como “carriño”, referido a una parte del antiguo carruaje utilizado para transporta piezas de artillería; “bes”, medida de peso equivalente a “ocho onzas”; y “duunvirato”, régimen político de origen romano. Además, figuraban otras como “bacallao”, “bago”, “aruñar” y “apotegma”. “El ejercicio tiene por objeto conocer sus conocimientos sobre ortografía”, destacaba el enunciado que también resaltaba que los errores penalizaban.

 La complejidad del examen provocó la protesta de numerosos candidatos a ingresar en la Policía, pero también del SUP que ya en enero denunció que la prueba “no evaluaba el nivel de competencia de los aspirantes”. Ahora, el sindicato ha emitido una segunda nota en la que vuelve a criticar la “selección de términos que jamás se utilizarán en la labor policial de uso reservado para eruditos”. Por ello, sus representantes piden “depurar responsabilidades” ante lo que que consideran un “descrédito para nuestra institución”. Desde el sindicato también se destaca que en mayo de 2015 ya se produjo una situación similar con “errores e incorrecciones ortográficas” que entonces obligaron a anular 12 preguntas de aquel examen. 

 Desde la Dirección General de la Policía se reconoce la dificultad de la prueba y que ha sido precisamente esta la que ha llevado a anular la misma para que sus resultados no se tuvieran en cuenta a la hora de declarar apto o no apto a los candidatos. En este sentido, admiten que con los resultados que arrojó la misma el número de aspirantes a hacerse finalmente con una de las plazas ofertadas hubiera quedado muy lejos de este número y no se hubiera cubierto la oferta pública de empleo. Finalmente, y tras dar por “no válido” el ejercicio de ortografía, 3.490 candidatos superaron esta segunda fase de la oposición. Serán ellos los que en los próximos días se enfrenten a la última criba que decidirá quien acudirá finalmente a la Academia de Ávila para convertirse en policía. Ya no se tendrá en cuentan si supieron si “bes”, “yuyo” y “champurrear” estaban correctamente escritos.

UN PROGRAMA EUROPEO LLEVARÁ EL CINE A LAS ESCUELAS

La plataforma CinEd ofrecerá de forma gratuita 10 películas de distintas nacionalidades para que las vean alumnos de seis a 19 años


Por fin el cine tendrá un lugar único en las escuelas. Nace CinEd, un ambicioso programa europeo cuyo objetivo es llevar el cine de autor a los centros educativos. Un catálogo con 10 películas de distintas nacionalidades y temáticas, todas ellas de autores europeos, estará disponible para todas las escuelas que lo soliciten. Se trata de despertar el interés por el cine desde edades tempranas, los seis años, hasta los 19, y la capacidad de reflexión sobre las imágenes, además de aprender a disfrutarlo. CinEd está impulsado en España por A Bao A Qu, una asociación cultural sin ánimo de lucro creada en 2004 dedicada al mundo de las artes y la educación y que está detrás también del programa Cine en curso, en el que distintos cineastas colaboran con escuelas y colegios y los alumnos asisten al proceso total de la creación de una película o documental en horario escolar. 

 Hace unas décadas, miles de pueblos tenían cine local y era una de las actividades culturales que más disfrutaban niños y grandes. La famosa película italiana Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore, fue un ejemplo de aquella Europa rural. Hoy, apenas hay salas fuera de las grandes ciudades y algunos niños tienen su primera experiencia cinematográfica a edades avanzadas. Aunque el objetivo está dirigido a centros educativos públicos y privados, CinEd tendrá especial interés en conseguir el acceso a este programa de todas aquellas escuelas de pueblos y ciudades donde el cine es prácticamente inexistente. 

 A través de la plataforma CinEd se podrá acceder de manera gratuita a una colección de grandes películas europeas para ser proyectadas exclusivamente en sesiones educativas y sin finalidad comercial. A los diez títulos elegidos, de los que han conseguido los derechos para un plazo de cuatro a cinco años, se irán añadiendo otros progresivamente. “En esta selección se ha tenido en cuenta su singularidad y su capacidad para emocionar”, aseguró Núria Aidelman. En el catálogo hay dos películas españolas, En construcción, de José Luis Guerín, y El espíritu de la colmena, de Víctor Erice. Otros de los títulos elegidos, que se proyectarán en versión original con subtítulos son Pierrot el loco, de Jean Luc Godard (Francia) o Il posto, de Ermanno Olmi (Italia). 

 La presentación de CinEd, celebrada este miércoles en la Filmoteca de Madrid, ha contado con la participación de los cineastas José Luis Guerín y Jonás Trueba, además de las responsables de A Bao A Qu, Laia Colell y Núria Aidelman, el director general del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), Óscar Graefenhain, la directora de Cultura del Instituto Cervantes, Beatriz Herranz, la responsable de los programas educativos del Centro Galego de Artes da Image (CGAI), Mónica García y la profesora de secundaria, Fanny Figueras. 

 Durante este curso escolar, el programa se ha aplicado de manera experimental en España y en otros nueve países. De momento, en España unos 2.500 niños y jóvenes están disfrutando de este proyecto que en Europa alcanza a 15.000 estudiantes. Se prevé que, en dos años, la cifra alcance a 50.000. El programa cuenta con la complicidad de profesores y centros educativos, a los que se les ofrece una formación específica en esta materia. “El cine se ha utilizado siempre como herramienta auxiliar para el estudio de otras disciplinas, como la literatura o las artes plásticas. Nunca, en las escuelas, se ha contemplado como una creación cultural en sí misma. CinEd abre la posibilidad de acceder de esa forma al cine. Supone una confianza plena en niños y jóvenes que no son idiotas”, explicaba apasionado Guerín. Para el director de En construcción, la crisis que vive el cine viene de la falta de espectadores, tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. “Más que espectadores hoy hay consumidores. El compromiso de CinEd es conseguir espectadores que sepan disfrutar y reflexionar sobre lo que ven en la gran pantalla”.

miércoles, 1 de marzo de 2017

CUANDO EL LATÍN SE HIZO ESPAÑOL

Cartularios de Valpuesta: cuando el latín se hizo español
Clonados por primera vez los códices del siglo IX que contienen los vestigios más antiguos del idioma



Bajo una helada del demonio y la mirada escrutadora del arcediano, el pobre monje, temeroso de Dios y de que le tiemble el pulso, copia lentamente en su scriptorium la relación de bienes que generosos donantes han regalado al monasterio. Traza con una pluma de ave mojada en hollín desleído en agua: “Kaballos”. Donde tenía que poner, o donde hasta entonces ponía, “Caballum”. 

Luego escribe: “Molino”. No “Mulinum”. Y “Calçada”, y no “Calciata”. “Pozal”, en lugar de “puteale”. “Iermanis” en vez de “frater”. En su escritorio y en el de otros monjes, el latín vulgar deja de serlo para convertirse en lengua romance y, más allá de eso, en chispazo de lo que mil años más tarde llamaremos “el español”. Un latín torpe y corrompido por el habla que empieza a desplegarse en los campos y en los mercados, en las iglesias y en los burdeles, abre paso a un idioma nuevo.

 Algunos ejemplos concretos de contexto de este tipo de trasvases idiomáticos: Año 939: una mujer de Alcedo (Álava) de nombre Guntroda dona al monasterio de Valpuesta una viña y en cambio le viene dado un potro castano et una piele (un potro castaño y una piel). Potro deriva del latín pultrus. Año 944: aparece kasa en vez de domus; capo (cabezal) en vez de caput; matera (madera) en vez de lignum; eglesia en vez de ecclesia; carne en vez de caro; serna en vez de senera; ganato en vez de pecus. Año 950: Manzanos en vez de pomíferos o pomares; perare (peral) en vez de pirus; y surgen voces como cassios (quesos) o iermanos (hermanos).

 Pongamos que hace de esto 1.200 años. Estamos en el arcedianato de Santa María de Valpuesta, en lo que hoy es el nordeste de la provincia de Burgos, a 20 kilómetros de Miranda de Ebro y 45 de Vitoria. Allí, en un lugar que hace más de un milenio fue cabeza de diócesis y hoy alberga una aldea minúscula en el valle burgalés-alavés de Valdegovía, los curas escribas lo anotan todo en unas finas vitelas (piel de ternera o cordero nonato): son las cosas relacionadas con la agricultura, la ganadería, los ropajes, los alimentos, las relaciones sociales, los accidentes geográficos… Son los llamados Cartularios de Valpuesta, también conocidos como Becerros de Valpuesta: según algunos de los mayores expertos en la historia del idioma, las primeras dataciones de voces y grafías en español, anteriores incluso a las Glosas Emilianenses y Silenses. 

El Becerro Gótico (o Antiguo) consta de 187 documentos escritos en diferentes momentos por más de una treintena de escribanos entre 804 y 1140. El Becerro Galicano contiene 138 cartas del libro antiguo y tres que no constan en aquel. Todas ellas fueron copiadas —digamos que pasadas a limpio— por el canónigo de Valpuesta Rodrigo Pérez de Valdivielso, en 1236. Es el auténtico disco duro de los primeros balbuceos del español: la copia de seguridad que los monjes de Valpuesta guardaban y actualizaban día tras día sobre todas sus posesiones y privilegios. 

Ahora, y por vez primera, estos documentos imprescindibles sobre la evolución del idioma, fijados entre los siglos IX y XII y cuyos originales dormitan en la sección de Clero Regular del Archivo Histórico Nacional, resucitan en forma de clon: la versión facsímil que la editorial burgalesa Siloé está a punto de publicar, con una tirada de tan solo 898 ejemplares y una fidelidad al original que hace difícil distinguir cuál es cuál. “El mayor reto es transmitir al público la edad del pergamino y de la vitela, transmitir esa vejez, que es una vejez dispar, además: documentos del siglo IX mezclados con otros del siglo XI o XII, copiados por diferentes escribanos o monjes. Y como dificultad técnica, imitar unos registros de lengüeta que no habíamos visto en otros libros ni en otros códices, y que son una especie de marcapáginas muy complicados de reproducir”, explica Juan José García, cofundador y editor de Siloé junto a su socio Pablo Molinero. Esta edición de los Cartularios de Valpuesta, que verá la luz en febrero y cuyo coste rondará los 4.000 euros, les servirá como fiesta de celebración: la de los 20 años recién cumplidos.


El sacerdote franciscano Saturnino Ruiz de Loizaga (Tuesta, Álava, 1939) pasa por ser el mayor especialista vivo en el tema. Este experto en temas medievales, teólogo, paleógrafo y archivero del Vaticano vive hoy en Roma. Desde allí explica: “Muchos de estos vocablos constituyen las primeras indicaciones o menciones del idioma castellano. Sin lugar a dudas, las primeras voces escritas en lengua romance se encuentran en el Becerro de Valpuesta”. Ruiz de Loizaga explica así la génesis de los cartularios: “Los escribanos de Valpuesta pretendían redactar todos los documentos en latín; pero, por una parte, carecían del conocimiento profundo de este idioma e incurrían en errores imputables a la lengua que hablaban; y, por otra, se veían forzados a utilizar esta última cuando tenían que consignar términos no latinos o cuyo equivalente latino desconocían”. 

Sin ánimo de controversia, el teólogo y paleógrafo alavés no duda en confrontar los papeles de Valpuesta con las Glosas Emilianenses, reivindicadas tradicionalmente como origen del español: “Ramón Menéndez Pidal pensaba que las Glorsas habían sido escritas en la segunda mitad del siglo X; pero esa datación no se puede sostener hoy. Las Glosas Emilianenses son probablemente de la segunda mitad del siglo XI, mientras que varias actas del cartulario de Valpuesta se redactaron en el siglo X y puede que alguna en el siglo IX”. La Real Academia Española (RAE) tomó cartas en el asunto hace seis años. En noviembre de 2010 editó en dos volúmenes los Becerros Gótico y Galicano de Valpuesta, en colaboración con el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Los autores del trabajo sostienen en él que los documentos del monasterio burgalés incluyen “términos que son los primeros vestigios del castellano y los más antiguos encontrados hasta ahora”. Desde el otro lado del teléfono, el entonces vicedirector de la RAE José Antonio Pascual, que lleva actualmente las riendas del Instituto de Historia de la Lengua de La Rioja, explica así la relevancia de los Cartularios: “Hasta el siglo XIII prácticamente no se escribe en lengua romance, así que estos documentos, que son de los siglos IX, X, XI y XII, son importantísimos, ya que en esos siglos van surgiendo muchas palabras y grafías, muchos gestos de escritura que van detectando cómo es el romance de esos momentos”.

 El académico salmantino dice que espera con impaciencia la primera edición facsímil de los Cartularios: “Una edición facsímil, un clon, es de un valor extraordinario para los filólogos, los historiadores y los paleógrafos, porque podemos comprobar si algunas lecturas de aquellos documentos pueden cambiarse o no”. ¿Y las controversias político-culturales entre el Gobierno de La Rioja y la Junta de Castilla y León sobre si son las Glosas o los Cartularios los documentos que han de ser citados como chispazos primigenios del idioma?: “Explotar estas cosas es un disparate, atiende sobre todo a razones políticas y turísticas y da mucho juego pero evidentemente los filólogos no podemos pararnos a pensar en eso. Hay personas que siempre quieren salir en la foto diciendo ‘aquí nació el español’. Pues muy bien, pero los filólogos pasamos de eso”.

FUNDÉU RECONOCE EL TÉRMINO "CUÑADISMO"

El nuevo significado del ‘cuñadismo’
La Fundéu recomienda el uso del término en redonda para referirse a la tendencia a opinar sobre todo


El cuñadismo llega a la Fundéu. Y no porque la Fundación del Español Urgente se haya puesto a opinar sobre lo que no sabe, sino porque el término ha sido objeto de un dictamen filológico. El resultado, dice Fundéu, es que la voz cuñadismo ya no se usa solo para el nepotismo en que participa un cuñado, sino para referirse "a la tendencia a opinar sobre cualquier asunto, queriendo aparentar ser más listo que los demás". En suma, a lo que se refería Pablo Iglesias cuando empleó el término en tribuna parlamentaria contra sus rivales políticos. Y lo que, antes y después del líder de Podemos, muchos españoles quieren decir cuando se quejan del cuñadismo de otros. Ahora que llegan las cenas de Navidad, sepa que si al día siguiente se queja de que su cuñado se dedicó a hacer lo propio, ya no es necesario que ponga cursivas en el término. La fundación de estudios lingüísticos, patrocinada por la agencia Efe y BBVA, la considera "una voz coloquial" y recomienda su escritura en redonda "al menos en España, donde el término se halla muy extendido y resulta de fácil comprensión".


ESTUDIARÁN CARRERAS QUE NO LES SERVIRÁN

“El 65% de los alumnos de primaria van a estudiar carreras que no les servirán” 

16.000 niños toman el MWC. Empresas como HP, Seat, Telefónica o Mastercard buscan estimular las vocaciones científicas y tecnológicas ante la falta de profesionales con este perfil.


Por primera vez no solo congresistas recorren los pasillos de la Fira de Barcelona. El Mobile ha querido que este año los niños se acerquen a la tecnología: 16.000 niños de 10 a 16 años participan durante cuatro días procedentes de distintas escuelas de Cataluña. “Queremos que descubran la ciencia, la tecnología y las matemáticas con 200 actividades diferentes en YoMo”, explica Albert Forn, responsable de mSchools, el programa de mEducation que impulsa la Mobile World Capital Barcelona. 

 “Es una iniciativa muy importante porque el 65% de los alumnos actuales de Primaria van a estudiar carreras para puestos de trabajo que no existirán. Estamos preparando a la gente para trabajos que no van a ser demandados”, dice Helena Herrero, presidenta de HP Inc en España. 

 Su empresa está participando en este nuevo evento porque cree urgente transformar la educación si se quiere tener un país con talento preparado para lo que va a venir. “La tecnología es cada vez más transversal, está transformando todas las actividades (banca, automoción, medicina, arquitectura…) y necesitamos jóvenes que entiendan cómo crear ese futuro que nos viene con el internet de las cosas o la inteligencia artificial si queremos tener un país competitivo”, añade la directiva, que reclama un pacto de Estado en educación, “porque la educación va muy ligada a la innovación”. 

 Varios datos dan la alarma. Las previsiones indican que en 2020 la demanda de perfiles STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) va a crecer un 14% en Europa y un 10% en España, pero se está produciendo una preocupante disminución de matriculaciones en esas disciplinas, un 25% en Europa y un 40% en España. Además, numerosos estudios señalan una gran falta de interés por parte del público femenino a la hora de elegir estudios relacionados con estos campos. “Es una tendencia que debemos cambiar porque la innovación va a ser determinante para marcar la diferencia entre los países, y ahí el talento es clave”, prosigue Herreno, que apunta otro dato para la reflexión: al 50% de las empresas españolas le falta perfiles de este tipo. 

 En 2020 la demanda de perfiles STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) va a crecer un 14% en Europa y un 10% en España, pero se está produciendo una preocupante disminución de matriculaciones en esas disciplinas, un 25% en Europa y un 40% en España. 

 Para ayudar a estimular las vocaciones científico-tecnológicas, varias empresas se han sumado a la nueva iniciativa del MWC. Entre ellas, la británica Ascent, Seat, Telefónica, HP, Mastercard (con su programa de educación Girls4Tech), Educaweb y Humantiks, una compañía especializada en la creación de juegos interactivos con realidad virtual y realidad aumentada. 

 EntresD, empresa distribuidora de impresoras 3D, está realizando actividades gratuitas en torno a esta tecnología, que impacta ya en muchas industrias. “Con nuestras máquinas los alumnos descubren que pueden ser capaces de pensar en 3D, diseñar en 3D y tocar y palpar el resultado de sus ideas”, dice Marc Torras, director general de esta compañía. 

 Las tecnologías más innovadoras de HP también se han puesto a disposición de los más jóvenes. Juan canta mientras comprueba cómo la música se puede transformar en colores; Andrea y Paula se tapan los ojos en un experimento para entender cómo a partir de cuatro colores básicos las impresoras son capaces de imprimir en una enorme variedad de colores, y Pablo se afana en entender un poco más allá cómo es posible combinar el mundo virtual con el real. Además, seis ingenieras de la compañía buscan despertar la curiosidad de los más jóvenes compartiendo con ellos detalles de su trabajo de I+D. Y es que HP posee en Barcelona su centro de I+D más grande fuera de EE UU, con un equipo de 600 ingenieros que firman unas 100 patentes al año. 

 “Queremos enseñarles que la tecnología es útil, y que detrás de actos muy sencillos como hacer una foto con un móvil hay una complejidad tecnológica tremenda. Hay que despertarles la curiosidad. Y hacen falta equipos y formación específica para seguir liderando esta industria. Debemos tener claro que los países solo podrán progresar con una población potente de ingenieros”, asegura Xavi García, director del área de impresión de Gran Formato de HP.

 Lo mejor, la realidad virtual 

 Alguno ya apunta en esa dirección. Martí se pasea entre expositores, tiene 14 años y quiere ser informático. “Me ha gustado la feria, pero lo mejor ha sido probar la realidad virtual de la Play 4, te ves dentro del juego”. No está de acuerdo un grupo de adolescentes estirados en una de las áreas de descanso. “La verdad, esperábamos ver más móviles”, dicen al unísono. 

 Una de las actividades de YoMo la lleva el Museo de las Matemáticas de Cornellà que ha organizado un taller para construir las cúpulas de Leonardo. Ariadna, que quiere ser actriz, periodista o guía turística, se mira con atención las piezas de madera. Está disfrutando, pero opina como Martí, lo mejor es la realidad virtual. 

 En el expositor de Seat hay cola; han montado una experiencia cinemática en cuatro dimensiones que reproduce una ruta por Barcelona con asientos motorizados. El movimiento universitario Xnergic muestra cómo sus robots juegan al fútbol dirigidos por el móvil. Junto a ellos, un viaje en realidad virtual por el cuerpo para ver cómo afecta la diabetes al organismo. Domènec Rusca ha trasladado su clase de programación robótica al YoMo. “Queremos aprovechar el lenguaje de programación para superar los retos de forma original y creativa”. El colegio que dirige Rusca, Escola Carrilet de Palafrugell (Girona), enseña robótica como asignatura desde P3. En YoMO también están los alumnos de IED Escuela Superior de Diseño que organizan a diario una pasarela para mostrar el futuro de la moda tecnológica. Compartir en FacebookCompartir en Twiter

martes, 28 de febrero de 2017

LA VERDAD SOBRE LA ESCUELA


EL PLACER DE MIRAR CÓMO OTROS LEEN

Primera edición española del libro en el que Kertész reunió medio siglo de fotos de lectores de todo el mundo


El placer ensimismado de la lectura, en personas de toda edad y condición y gozado en cualquier lugar, ajeno al ojo curioso que disparaba la cámara, fue el hilo con el que se trazó uno de los libros más bellos de la historia de la fotografía, Sobre la lectura, del húngaro André Kertész (Budapest, 1894-Nueva York, 1985). Publicado en 1971 en Estados Unidos, ha tenido que pasar casi medio siglo para que viera la luz una edición española, titulada Leer, coeditada por Periférica y Errata Naturae. El original se ha singularizado para la ocasión con un prólogo del escritor argentino Alberto Manguel y una nota a la edición de Robert Gurbo, gran especialista en el genial Kertész.

 El manoseado adjetivo de “mítico” se ajusta a una obra “imitada hasta la saciedad”, dice el editor de Periférica, Julián Rodríguez, que mostró hace meses su interés por publicar “un libro que trata sobre una dimensión” que le atañe. Son 66 imágenes en blanco y negro, la primera de 1915, en Esztergom (Hungría), de tres niños con pantalones raídos, dos de ellos descalzos, que comparten un libro, y las últimas, de 1970, en Nueva York. Una intermitente obra de más de medio siglo que, quizás, fue un homenaje de Kertész a su padre librero; en todo caso, una oda al sencillo acto de tomar un libro y abstraerse de lo que sucede alrededor. 

 Niños en escuelas, jóvenes en la calle, adultos en parques… se suceden en Leer, salpicados con toques de humor, como el del parisiense que hojea un periódico sentado en un banco mientras una vaca fisgonea las noticias por encima de su cabeza. Otras fotos conforman una serie que suscita nostalgia, la de lectores de diarios en las calles de una gran ciudad. Mucha ternura provoca una instantánea de Nueva York de un chaval que disfruta de un helado sentado sobre un colchón de tebeos, de los que lee un ejemplar. Los retratados por Kertész no miran a la cámara, están absortos, quizás no sabían que alguien los estaba capturando. Las últimas hojas del libro muestran a personas que leen en azoteas, parecen tomadas desde la lejanía de una ventana indiscreta. 

 Kertész declaró en alguna entrevista que “cada una de estas fotos contaba una historia”, apunta Rodríguez. “Miras una imagen y te produce una gran evocación, no se trata solo de pasar las páginas, sino de quedarte en cada una algún tiempo. Él entendía que, en la era moderna de la urbe, la lectura era un acto íntimo. Hay fotografías de París, de Nueva York, de gente mayor y joven… quería que estuviesen todos los estados de la vida. Era una forma de igualar al ser humano”, dice Rodríguez. Para asemejarse a la primera edición, se ha respetado el reducido formato. “Kertész quería huir de algo ostentoso”.


La pericia de este maestro influyó, entre otros, en Henri Cartier-Bresson. El francés aseguró que “cualquier cosa” que habían hecho él o Capa o Brassaï, “Kertész la había hecho antes”. El húngaro consiguió transformar el acto cotidiano de la lectura en imágenes poéticas gracias a encuadres en los que el protagonista queda desplazado por sillas, bancos, árboles… En el prólogo, Manguel enfatiza en la elegancia de su lenguaje, que bebió del dadaísmo y del fotoperiodismo, y a los que agregó la cotidianidad. 

 Kertész, al que su familia auguraba un próspero futuro como corredor de bolsa, empezó a tomar imágenes antes de la I Guerra Mundial. Soldado del Ejército austro-húngaro, fotografió paisajes y a sus compañeros, pero en poses ajenas a los horrores de la contienda. En 1925 se instaló en París, donde retrató durante una década, con una Leica, los escenarios por los que deambulaba, Montparnasse, la torre Eiffel, la periferia… junto a sus amigos, la crema intelectual, Mondrian, Chagall, Eisenstein… También se autorretrató junto al amor de su vida, Elisabeth. Dos años después inauguró su primera exposición y comenzó a trabajar para revistas y periódicos. 

 En 1936 le llegó una oferta para trasladarse a Nueva York. Sin embargo, la agencia que le había contratado solo le quería para aburridas sesiones de estudio, así que reunió dinero para regresar a Europa. Sin embargo, se lo impidió el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y se quedó atrapado en Estados Unidos. Comienza una etapa de desarraigo —su inglés era muy pobre—, pena por no poder ver a sus amigos de París y olvido de su obra. Sobrevive como fotógrafo comercial para publicaciones de moda y decoración. Además, nacido en un país que había quedado bajo el yugo de la Unión Soviética, no es alguien que despierta mucha confianza en los EE UU del macartismo. Sin embargo, siempre encontrará un instante para retratar a alguien leyendo, sea en Nueva Orleans, Venecia, Tokio, Buenos Aires… 

 El director de Fotografía del MoMA, John Szarkowski, impulsó en 1964 una retrospectiva que le redescubrió, y ayudó a difundir por todo el mundo su obra, que él calificaba, con gran modestia, “de un aficionado”. “Sin aquella exposición, la editorial Grossman Publishers no habría lanzado años después Sobre la lectura”, apunta Rodríguez. Por fin llegaron los reconocimientos, hasta que la muerte de su esposa, en 1977, lo dejó solo y deprimido, hasta 1985, cuando falleció a los 91 años. 

Cuenta Robert Gurbo en su nota de la edición española que Kertész llevaba siempre un lápiz en un bolsillo cuando acudía a inauguraciones y eventos. La razón era que, en los ejemplares de Sobre la lectura que firmaba, parte de las fotos habían perdido lustre con los años y las reimpresiones. Así, mientras contaba, como un prestidigitador, la historia de una de sus imágenes, la retocaba con su lapicero. Hoy, la tecnología digital haría innecesario que Kertész llevase ese lápiz. Paradójicamente, esos avances, que amenazan el libro impreso, el tema de su gran obra, son los mismos que permiten disfrutar con fidelidad de sus fotografías.

TABLA PERIÓDICA PARA DUDAS ORTOGRÁFICAS

Su creador ha convertido los símbolos químicos en consejos de ortografía 

Los símbolos de la tabla periódica están compuestos por una o dos letras. En ellas los químicos ven elementos, y Juan Romeu, lingüista de 31 años, también normas ortográficas: su tabla periódica de la ortografía se ha colado en la portada del agregador de noticias Menéame durante el fin de semana y, en Facebook, se compartió unas 2.500 veces en 48 horas.


La tabla conserva las denominaciones de la tabla periódica original y añade una breve descripción de una norma ortográfica a cada elemento. "Yo me muevo bastante por internet y sabía que las tablas periódicas llaman mucho la atención y funcionan muy bien", cuenta Romeu por teléfono a Verne, "así que ya lo tenía en la cabeza. Además, justo me topé con una foto de cuando iba al colegio y detrás de un amigo salía una tabla periódica, y al verla me di cuenta de que muchos elementos cuadraban perfectos con temas ortográficos". 

 Romeu, filólogo que ha trabajado en la RAE como editor de la Nueva Gramática, tardó algo más de una semana en completar su versión de la tabla. "Lo más complicado ha sido obligarme a condensar los comentarios de cada elemento para que ocuparan muy poco pero fueran comprensibles", cuenta. Además, el trabajo ha sido un poco más largo de lo que hubiera sido hace un mes: "Comencé poco después de leer que habían incluido cuatro elementos más". 

 La imagen de la tabla fue publicada por Romeu en el blog de Sin Faltas, una startup de edición y corrección de texto para empresas en la que trabaja. Debido al tráfico provocado por Menéame, la página ha sufrido caídas intermitentes durante todo el fin de semana. "El sábado vimos que estaba caída y teníamos una boda", cuenta Romeu, "así que la dejamos. Ni yo como administrador podía entrar". 

 Para Romeu, parte del éxito de su post -y uno de los motivos por los que comenzaron el proyecto de Sin Faltas- se debe a que "la ortografía y la lengua están de moda". "Hay quien dice que las redes sociales son un peligro para la lengua", explica, "pero yo creo que es al contrario: gracias a ellas escribimos más que nunca, prácticamente todos escribimos todos los días, y hay que aprovecharlo". 

La tabla está elaborada por sinfaltas.com, el enlace completo: https://sinfaltas.com/2016/12/08/la-tabla-periodica-de-la-ortografia/

lunes, 27 de febrero de 2017

TODOS LOS CUENTOS DEL MEJOR CUENTISTA

El cuarto volumen de los cuentos completos reúne el trabajo de su época final, marcada por la enfermedad


El 22 de marzo de 1897 Chéjov cenó en el restaurante L’Érmitage de Moscú con su viejo gran amigo, el editor de Tiempo Nuevo. “Acababa de sentarse a la mesa, frente a Suvorin, cuando repentinamente, sin el menor aviso previo, empezó a brotarle sangre de la boca”, cuenta Raymond Carver en Tres rosas amarillas, el cuento donde reconstruye la última época del escritor ruso. 

Lo ingresaron, estaba francamente mal, así que ya no podría seguir desentendiéndose de la tuberculosis que lo estaba matando poco a poco. Su producción literaria empezó a dilatarse. A finales de 1899 publicó, tras casi un año de silencio, La dama del perrito, seguramente uno de los mejores relatos de la literatura universal. Paul Viejo, el responsable de la edición de los cuatro volúmenes de los Cuentos completos que acaba de terminar de publicar Páginas de Espuma, contó hace poco en la presentación de la última entrega que no entendió las sutilezas de aquella pieza la primera vez que la leyó. Tampoco lo tuvo fácil la segunda, pero el veneno le corría ya por las venas. Y así, hasta hoy. Aprendió ruso, terminó comprendiendo la hondura de cuanto ocurría en ese puñado de páginas que escribió con tanta maestría aquel médico que había nacido en 1860 en Taganrog y que murió el 2 de julio de 1904 en el balneario de Badenweiler. Y lleva ahora unos años entregado por completo a Chéjov. 

 El cuarto volumen recoge los cuentos que escribió entre 1894 y 1903, donde están algunos de los que elaboró con mayor parsimonia. El primero reunió los que Chéjov publicó entre 1880 y 1885, acaso los más juguetones y humorísticos; los del segundo, de 1885 a 1886, muestran ya a un autor dueño de sus recursos; el tercero, de 1887 a 1893, recoge piezas que lo confirman como un referente indiscutible de la distancia corta. Son más de 600 relatos, cada volumen tiene más de mil páginas. A Paul Viejo le gusta insistir en que también se trata de una antología de los traductores del escritor ruso al español: hay versiones de autores diversos y épocas muy diferentes. Y prólogos, ilustraciones, fotografías y un aparato de notas para situar el contexto e historia de cada relato. Un trabajo imponente.


Los vómitos de sangre, la época final: de un lado a otro, buscando climas propicios para aliviar el mal. Chéjov estuvo varias veces durante esa temporada en lugares diferentes de Europa: en Italia, en Francia. Se interesó por el caso Dreyfus. En septiembre de 1898 acudió a uno de los ensayos del Teatro de Arte de Moscú, que habían fundado Dánchenko y Stanislavski, y se enamoró de una actriz de 28 años, Olga Knipper. Son años en los que vende su casa de Mélijovo, cerca de Moscú, y se compra otra en Yalta, Crimea. Firmó un contrato leonino con el editor Adolf Marx para publicar sus obras completas, recaudó fondos para construir un sanatorio de tuberculosos, lo eligieron miembro de la Sección de Letras de la Academia de la Ciencia. Visitó a Tolstói, viajó con Gorki por el Cáucaso. El 25 de mayo de 1900 se casó por fin con Olga Knipper, aunque no llegaran a vivir mucho tiempo juntos. En 1903 escribió La novia, su último relato, y a finales de año se pasaba por los ensayos de El jardín de los cerezos, su última pieza teatral. 

 Se estrenó el 17 de enero de 1904. Stanislavski, que dirigió la obra, cuenta en Mi vida en el arte que consiguieron que Chéjov fuera al estreno. “Cuando, después del tercer acto, se hallaba en el escenario, delgado y mortalmente pálido, sin poder reprimir la tos mientras lo saludaban con pergaminos y obsequios, se nos estremecía el corazón de dolor”. Unas semanas después, le contó el argumento de su próxima obra. Stanislavski lo resume así: “Dos amigos, ambos jóvenes, aman a la misma mujer. El amor común y los celos crean relaciones sumamente complicadas, que culminan con la partida de ambos hacia el Polo Norte. Los decorados del último acto muestran un enorme navío aprisionado entre los hielos. Al final de la pieza, ambos amigos ven a un fantasma blanco que se desliza por la superficie de la nieve. Evidentemente, la sombra, o el alma de la mujer amada que había fallecido allá lejos en el rincón de la patria”. 

Cuando Chéjov agonizaba al empezar julio en el hotel Sommer de Badenweiler, tenía delirios en los que aparecía un marinero. Estaba con Olga Knipper. “Ella le colocó una bolsa de hielo sobre el pecho”, cuenta Natalia Ginzburg en su librito sobre el autor de El tío Vania. Cuando Chéjov recuperó la lucidez le preguntó: “¿Para qué poner hielo sobre un corazón vacío?”. 

 “El doctor Schwörer llegó a las dos de la mañana. ‘Ich sterbe’ —le dijo Chéjov—. Me muero”, continúa Ginzburg. El médico le puso una inyección de alcanfor y, al rato, encargó que les subieran una botella de champán. “Chéjov aceptó la copa que le ofrecieron y dijo: ‘Hace tiempo que no bebía champán’. Vació la copa y se acostó de lado. Poco después dejó de respirar. Era el 2 de julio de 1904”.

CUANDO LA ORQUESTA FALLA EN NUESTRA CABEZA


Las universidades públicas españolas empiezan a incorporar protocolos para ayudar a los alumnos con déficit de atención


 Para Enrique Alonso, de 19 años, algo tan sencillo como leer un libro es un suplicio. Le cuesta retener detalles, seguir el hilo argumental y comprender la trama. Tiene Trastorno por Déficit de Atención (TDA), una patología que hasta 2013 no se incluyó en la lista de trastornos con necesidades de apoyo educativo en ley de educación (LOMCE). Cree que el desconocimiento de su dolencia por parte de los profesores hizo de su etapa escolar un calvario. “Preferían atender a los buenos estudiantes, a los que sacaban buenas notas”, cuenta. Este año ha comenzado primero de Magisterio en la Complutense de Madrid, una universidad que, como otras muchas públicas en España, ha comenzado a aplicar protocolos de ayuda para los estudiantes con TDA.

 Aunque no existe un registro oficial de cuántos estudiantes hay en España con TDA y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), los expertos señalan que afecta al 5% de la población infantil. Hasta este año, la mayoría de universidades públicas no disponían de protocolos de ayuda a este colectivo. En el caso de la Complutense, fue el pasado mayo cuando se empezaron a ofrecer sesiones personalizadas para enseñar técnicas de estudio, adaptaciones de los exámenes con enunciados mucho más claros o tiempo extra, unos 20 minutos, para la realización de las pruebas. También un 50% de tiempo extra para los préstamos bibliotecarios. 

"Hemos reaccionado a la demanda. En los últimos años ha crecido el número de estudiantes que han solicitado una adaptación de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) por problemas relacionados con el aprendizaje", cuenta María Antonia Durán, coordinadora de la Oficina para la inclusión de personas con diversidad de la Complutense. De los 55 estudiantes con TDAH que lo solicitaron en 2013, se ha pasado a 200 en 2016. "Hay una imagen generalizada de que son vagos y de que tienen un problema de disciplina. Falta sensibilización por parte del profesorado y ese es ahora uno de nuestros retos", explica Durán.

 ¿Qué es el TDAH? "Es un trastorno del neurodesarrollo, y los que lo sufren tienen un 33% menos de madurez cerebral que otras personas de su misma edad", explica Rafael Guerrero, profesor de la Facultad de Educación de la Complutense y autor del libro Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Entre la patología y la normalidad. Se dan tres síntomas claros: impulsividad (dificultad para gestionar las emociones), problemas para mantener la atención y, en algunos casos, hiperactividad (necesidad de movimiento constante). Existen tres cerebros: el reptiliano -el más primitivo e instintivo-, el emocional -que codifica las emociones-, y el racional -también llamado corteza prefrontal, que es el que gestiona a los anteriores y toma las decisiones. "En el caso de las personas con TDAH, la corteza prefrontal, que actúa como director de orquesta del cerebro, no es capaz de gestionar de forma adecuada los impulsos y las emociones. Carecen de filtro", aclara Guerrero. 

 El TDAH es, según Guerrero, uno de los trastornos en el que los síntomas son más criticados y estigmatizados, especialmente en el entorno académico. "Se dice de ellos que son impulsivos y se ganan etiquetas de nunca se entera o siempre mete la pata. Incluso se piensa que son maleducados o malas personas", señala. 

 Uno de los problemas principales es el desconocimiento por parte del profesorado. "Tienen que entender que este trastorno afecta, entre otras, a la memoria operativa. Por ejemplo, en el cálculo matemático les cuesta mantener los datos, operar con ellos y procesarlos", explica. La narración es otro de sus puntos débiles. "Les cuesta seguir el hilo narrativo, leen dos páginas y retienen poco, les resulta complicado extraer conclusiones". Por ese motivo, tienen dificultades para automotivarse y requieren más estímulos por parte del profesor. 

 En muchos de los casos, es el propio universitario el que decide no comunicar el trastorno por miedo a ser etiquetado. "Llegan a la Universidad después de un recorrido escolar muy frustrante. Si ellos no acuden a los servicios de orientación, es difícil detectar que sufren ese trastorno". La hiperactividad, que es uno de los síntomas más palpables, disminuye con la edad, señala el estudio Trastorno por déficit de atención con hiperactividad en adultos, de la Universidad Autónoma de Barcelona. En cambio, la inatención y la impulsividad perduran en el tiempo. 

 Otras universidades 

 En el caso de Cataluña, de los 46 estudiantes con TDAH que solicitaron una adaptación de la PAU en 2011, se ha pasado a 237 en 2016, cinco veces más, según datos de la Secretaría de Universidades e Investigación de la Generalitat de Catalunya. Precisamente en el curso 2010-2011 se registraron los primeros cuatro alumnos con TDAH en la Universidad de Barcelona (UB). El curso pasado era 41 y este ya suman 34. 

 "Les ofrecemos recursos similares que a los alumnos con certificado de discapacidad, pero para los TDAH no existe un protocolo específico", señala Jordi Molina, responsable del servicio de atención al estudiante de la UB. Tras entrevistar y valorar a los alumnos afectados por este trastorno, realizan un informe que luego pasan al profesorado en el que se hacen recomendaciones como secuenciar el ritmo de las actividades, promover tutorías para motivar al alumno y prestarle una atención continuada. Se les concede un 25% de tiempo extra para la realización de exámenes. 

 A diferencia de otras universidades, la Universidad de Murcia aprobó el pasado mayo un protocolo de obligado cumplimiento para los profesores en el que se establece que los estudiantes con TDAH disponen de más tiempo para la entrega de trabajos, de un 25% de tiempo extra para los exámenes, ubicación en las primeras filas del aula (para evitar distracciones), una redacción más clara de las preguntas, una fragmentación de las pruebas largas en varias sesiones y cierta permisividad con las faltas de ortografía, especialmente los acentos.

 "El número de universitarios diagnosticados con TDAH está aumentando por el trabajo efectivo que se está haciendo desde los institutos. La Ley solo nos obliga a hacer adaptaciones curriculares para los alumnos con discapacidad, los que tienen problemas de aprendizaje están en un limbo y dependen de la buena voluntad de la universidad y el profesorado", apunta Antonio Pérez, responsable de la Unidad de Atención a la Diversidad de la Universidad de Murcia.