miércoles, 24 de febrero de 2016

"CUENTO DE INVIERNO" EXPLORA LOS LÍMITES DE SHAKESPEARE

El director teatral Declan Donnellan arrasa en Madrid con una versión sencilla y rompedora de una obra del dramaturgo


Shakespeare le apasiona. Le embrujó a los 16 años cuando vio Sueño de una noche de verano en un montaje de Peter Brook y todavía sigue enganchado. Declan Donnellan (Manchester, 1953) encuentra en Cuento de invierno, que ha dirigido durante cinco días en el Teatro María Guerrero de Madrid hasta ayer, y en los demás textos del Bardo los mismos personajes que se pasean por una ciudad cualquiera de hoy: estafadores, asesinos, individuos que cometen delitos sin inmutarse... Hombres ciegos por los celos, incapaces de ver la realidad y que se creen sus locuras. Hombres que llegan al trastorno psíquico por una fantasía. 

 “No es ficción lo que [Shakespeare] escribió; es pura realidad. Seguimos teniendo los mismos problemas y los resolvemos igual o peor que hace 400 años. Todavía pedimos préstamos sin control, pensando que la burbuja jamás se va a romper”, dice el director teatral inglés, quien ha hecho de este Cuento de Invierno una de las obras más aclamadas de la temporada. 

 Su apariencia de hombre afable se conjuga con un halo de respeto entre los actores a los que dirige. Antes de llegar a Madrid con su espectáculo todas las entradas ya estaban vendidas; imposible ver el nuevo trabajo del fundador de la compañía británica Cheek by Jowl si no se había programado con tiempo. La obra de Donnellan ha ido incluida en los actos que organiza el British Council para conmemorar el cuarto centenario de la muerte de Shakespeare.

Este montaje de Cuento de invierno es una coproducción internacional en la que participan centros como The Barbican, Les Gémeaux / Scène Nationale, el Grand Théâtre de Luxembourg, el Piccolo Teatro di Milano-Teatro d’Europa, el Chicago Shakespeare Theater y el Centro Dramático Nacional. Con puesta en escena de Nick Ormerod, cofundador de Cheek by Jowl, la obra pasa de la tragedia a la farsa a lo largo de un periodo de 16 años. Habla de un rey delirante y paranoico que destruye a su familia. 

 Escrita en torno a 1611, en la época de La tempestad, aborda las relaciones entre padres e hijos en una trama de pérdida y recuperación, discordia y reconciliación en la que intervienen elementos sobrenaturales y que da paso a la esperanza. 

 Cuento de invierno se centra en un hombre al que destroza su propio delirio y arrasa con todos sus familiares. El dolor de la mente por someterse a semejante tortura está presente en el escenario. “Shakespeare no escribe sobre personas muertas, sino sobre vivos. Las situaciones y personajes pueden resultar de fantasía, pero cuanto más lo piensas más reales son”, considera Donnellan.

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