lunes, 29 de febrero de 2016

DESMONTANDO EL MITO DE LOLITA

Lola López de Mondéjar escribe una novela en la que defiende que la niña creada por Nabokov es la víctima de un "delincuente sexual"
"La mayoría de los críticos interpretaron el libro como una historia de amor por la necesidad de justificar una fantasía sexual masculina"



Vladimir Nabokov quedó disgustado con la acogida de 'Lolita'. Muchos la tomaron por una novela de amor, cuando en realidad es la historia de la obsesión de un cuarentón pedófilo por una niña de doce años. La escritora Lola López Mondéjar también erró. Y eso que su oficio de psicoanalista la prevenía contra equívocos. Solo cuando la leyó por segunda vez se percató de que la obra de Nabokov encerraba un gran malentendido, porque la novela era, ante todo, la "narración de un abuso". 

 López Mondéjar rinde un homenaje a Vladimir Nabokov, quien escribió una obra maestra a partir de un personaje literariamente perfecto, como es Humbert Humbert. Al cabo de los años la autora ajusta cuentas en su novela 'Cada noche, cada noche' (Siruela) con este personaje, un "delincuente sexual" que somete a una cría a abusos y violaciones. "Salvo algunos escritores como Martin Amis y Juan Villoro, que ven en 'Lolita' una historia de violación y secuestro, la mayoría de los críticos la interpretaron como una historia de amor, movidos por la necesidad de justificar una fantasía sexual masculina". 

 La novela de Nabokov cuenta la historia de Dolores Schiller, una mujer que parece un cáncer incurable y antes de acudir al suicidio asistido revela su mayor secreto. A la luz de los diarios de su madre, que murió al dar a luz a su hija, Schiller saca como conclusión que su madre no es otra que la Lolita de Nabokov. Para confirmarlo viaja a Suiza para entrevistarse con Humbert Humbert. López Mondéjar atribuye la hegemonía de esa lectura sesgada a que "sigue siendo muy reconfortante para los hombres".

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