viernes, 29 de abril de 2016

LOS FELICES 20 AÑOS DEL CAPITÁN ALATRISTE

«He cogido miedo a un personaje que es más de los lectores que mío», confiesa Arturo Pérez-Reverte 

Reúne en un solo volumen de casi 2.000 páginas las siete novelas de la saga sobre su soldado de fortuna del Siglo de Oro



Diego Alatriste y Tenorio es el personaje que más satisfacciones ha procurado a su creador, Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951). Pero al tiempo, el desencantado y lúcido soldado de fortuna le infunde un enorme respeto. Es tal el tirón popular del capitán que salió de su magín hace más de 20 años que ha llegado "a cogerle miedo". "Es tan de los otros, tanto emociona al lector, tan suyo lo hace, que me piden cosas que no puedo darles", confiesa el escritor y académico. Lo hace en un almuerzo que celebra las primeras dos décadas de andadura del personaje en la mismísima 'Taberna del capitán Alatriste', en el corazón de Madrid de los Austrias. 

 Con motivo del feliz cumpleaños Alfaguara ha reunido en 'Todo Alatriste', un volumen de casi 2.000 páginas, las siete novelas que han vendido millones de libros en todo el mundo, más de 3,5 solo en España, y que es lectura recomendada en infinitud de escuelas de España y Latinoamérica. Es la obra más difundida y reconocida de su autor, acaso el español más leído en el mundo junto a Carlos Ruiz Zafón, y ha inspirado cómics, películas, obras de teatro, series televisivas y un juego de rol y ha hecho crecer como lectores a miles de jóvenes en el mundo.

 Es una edición muy especial, numerada, de solo 15.150 ejemplares firmada por su autor. La ilustra Joan Mundet, que ha redibujado las cuatro primeras novelas, y cuesta 29,90 euros. El escritor ha releído las siete novelas y salvo alguna errata, no ha cambiado ni una coma. «Jamás me releo, pero la experiencia ha sido agradable. Creo que eran y son buenos libros. Los escribí para mi hija y tenía que ser exigente conmigo mismo. Me pondría un notable», dice sin asomo de falsa modestia.

 Quería que su hija Carlota, entonces con 12 años, «aprendiera historia y conociera su pasado, que es la única manera de interpretar el presente y atisbar el futuro». Implicó a Carlota en una investigación que «acabó siendo una reflexión amarga sobre por qué somos como somos, sobre un país que era y es vil, turbio, en el que hubo reyes imbéciles, curas fanáticos y ministros incompetentes». «No quería recrear la historia ni el Siglo de Oro, quería explicar el presente para que mi hija comprendiera por qué un rey mete la gamba y entendiera de dónde venimos», insiste.

 Fue en un vuelo a Chile donde Pérez-Reverte pergeñó la trama de la primera entrega y las características de su héroe. Más bien un antihéroe «que tiene mucho más de Ulises que de Aquiles». «El héroe que me interesa tiene canas en el alma y sangre en las uñas. Por eso el lector reconoce que es auténtico, y no un camelo de Reverte», asegura el escritor para tratar de explicar la enorme aceptación que ha tenido en lectores de los cinco continentes. 

 Personaje y escritor comparten más de lo que se pueda suponer. «Alatriste caza solo, como su autor», dice risueño un Pérez-Reverte que encaja sin aspavientos en la definición de «francotirador». «Yo no tengo ideología, tengo biblioteca», dice recurriendo a uno de sus lemas para aclarar las afinidades con su descreído personaje. Se dice tan desesperanzado como el capitán de fortuna, pero asegura que «no he perdido la fe ni en la humanidad ni en la gente».

 Este mastodóntico volumen no supone el final del personaje. Piensa Pérez-Reverte continuar con la serie y avanza que contempla «escribir dos nuevas entregas». Pero eso sí, será dentro de tres o cuatro años, cuando el escritor frise los setenta. «El paso del tiempo se dejará notar en el personaje, que tomará un tono crepuscular, será más escéptico, estará más cansado y será más sabio y más lucido», advierte.

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