sábado, 30 de abril de 2016

21 DE ABRIL: EL ENIGMA DEL "OCULUS" DEL PANTEÓN

Coincidente con la época de las visitas del emperador al templo y cuando la tradición celebraba la fundación de Roma, la luz del sol incide directamente en un punto exacto sobre la puerta de entrada del recinto


21 de abril, mediodía. La Ciudad Eterna. Las siete colinas. San Pedro. Roma vio nacer una civilización que gobernó el destino del mundo durante siglos, y cuentan las leyenda que tal día como hoy se cumplen 2769 años de su nacimiento. Si alguna vez visita la capital italiana y solo puede ver una cosa, diríjase al panteón de Agripa. No le costará ni un euro, la visita es gratuita.

 Se trata de uno de los mejores edificios conservados del mundo romano y testimonio de más de 2.000 años de antigüedad del inmenso poder y riqueza del imperio. Entrar e intentar descifrar sus incógnitas y curiosidades puede ser una experiencia maravillosa. Una de ellas, el uso verdadero que se le dio en su momento. Cuentan que podría haber sido utilizado como un enorme reloj solar además de haber sido dedicado a los dioses. 

 Nada más adentrarnos, veremos una de sus características peculiares: la luz solar entra únicamente a través del 'oculus', una abertura circular de 8,3 metros de diámetro situada en el centro de la cúpula semiesférica. La disposición tiene un significado especial. Durante los meses de invierno, la luz del sol del mediodía realiza una trayectoria que va iluminando la parte interior de la cúpula. En verano, por el contrario, y con el sol en lo más alto, la luz impacta en los muros inferiores y el suelo. 

Coincidiendo con los equinoccios, la luz del sol que penetra a través del óculo al mediodía incide directamente en un punto exacto sobre la puerta de entrada del recinto, atravesándola e iluminando el atrio de entrada. Algo similar a lo que ocurre el 21 de abril, coincidente con la época de las visitas del emperador al templo y cuando la tradición celebraba la fundación de Roma. La luz cae justo en el pórtico de acceso al monumento, un símbolo de que el emperador era invitado por el sol para entrar en el edificio. La escenografía habría sido vista por los romanos como la elevación de un emperador al reino de los dioses, una afirmación cosmológica de su poder divino cuando entra en el edificio, por lo cual fue utilizado como sala de audiencias, así como lugar de culto.

 Esta teoría ha sido estudiada por varios historiadores y científicos como Giulio Magli y Robert Hannah, los cuales publicaron en una revista académica, Numen, varios razonamientos de las investigaciones en las que llevan trabajando varios años. 

 «Es imposible que sea una coincidencia que la luz del sol llegue al ecuador de la cúpula justo durante el equinoccio, porque esto es resultado de la forma del interior de la cúpula, y el interior de la cúpula está deliberadamente construido para que tenga el aspecto de un perfecto hemisferio, aunque estructuralmente no lo sea», dice Hannah. 

 El científico neozelandés asegura que, a pesar de demostrar que el Panteón era utilizado como reloj solar, no se puede saber si éste era el propósito principal de su arquitecto, Lucio Cocceio Aucto, quien dejó para la humanidad uno de los mayores misterios arquitectónicos de la antigua Roma, encargado por Marco Vipsanio Agripa (63-12 a.C.).

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