viernes, 15 de enero de 2016

CELEBRACIONES DE MUÑOZ MOLINA


Si a menudo el mundo se nos presenta como una errática sucesión de geometrías que no cuadran, alguna vez nos ofrece una perfecta circunferencia. Es el caso de Antonio Muñoz Molina en este 2016. En el año en que cumple 60 se celebran también los 30 de la publicación de Beatus Ille, su primera novela, y los 25 de la que ha sido considerada una de sus obras maestras: El jinete polaco.

 Por eso, la Biblioteca Nacional, en colaboración con el Grupo Planeta, decidió conmemorar todos esos aniversarios a la vez en un encuentro que tuvo lugar ayer. Por la mañana, tres expertos en su obra como Santos Sanz Villanueva, Justo Serna y William M. Sherzer, compartían mesa junto a Elena Ramírez, su editora en Seix Barral. Por la tarde, el escritor dialogaba con el crítico y exeditor Manuel Rodríguez Rivero, también en la Biblioteca. 

 Hubo ocasión de desgranar con tiempo su fe en los azares para la escritura, el chispazo del instante que desata en perfecta contradicción la búsqueda de unas raíces profundas y la necesidad de huir como ejes obsesivos de una obra. Así lo apuntaba Sanz Villanueva, crítico y catedrático de la Complutense, y así lo corrobora el autor: "La presencia y la importancia del tiempo en nuestras vidas como una especie de fogonazo neurológico, un punto de partida para cualquier narración".

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