miércoles, 7 de septiembre de 2016

LA POESÍA ES PERCIBIDA COMO UNA AMENAZA

El autor norteamericano, que goza del favor de crítica y público, reflexiona en su último ensayo sobre el odio que, dice, generan los poemas



Ben Lerner (Topeka, Kansas, 1979) irrumpió en la escena literaria estadounidense con una novela de insospechada frescura y agilidad: Saliendo de la estación de Atocha (2011). Traducida a numerosos idiomas, además de ser un gran éxito de crítica, tuvo excelentes ventas y, fue saludada por sus colegas de oficio, en especial los narradores más jóvenes, como una aportación que daba nueva energía al género novelístico. Saliendo de la estación de Atocha se abrió paso de manera espontánea, y aunque lo que saludó el mundo fue la aparición de un narrador distinto… en realidad no se trataba sino de la cristalización de un trabajo que sólo está al alcance de un poeta. Es lo que Ben Lerner se sigue considerando desde sus inicios. Lo demás es una derivación de la pasión obsesiva que despierta en él cuanto guarda relación con la poesía. Por poner un ejemplo: el título de esa primera novela está tomado de un verso de John Ashbery, uno de los grandes poetas norteamericanos de nuestro tiempo, por quien Lerner siente profunda admiración. El misterio, la extrañeza, la magia, la frescura inexplicable, la alegría primordial que transmite la obra de poetas como Ashbery están en la base de la manera de novelar de Lerner, que es también un agudo ensayista. Su segunda novela, la delicada y elusiva 10:04 (2014), protagonizada, como la anterior por un poeta, corroboró el talento de su autor. El pasado mes de mayo, Lerner publicó un librito de exiguas dimensiones cuyo objeto es dilucidar el papel de la poesía en el conjunto de la cultura, sólo que lo hace desde una premisa insólita: la poesía despierta entre la gente un sentimiento de rencor. El título del ensayo, Hatred of poetry (El odio a la poesía), no admite dudas al respecto.

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